sábado, 6 de enero de 2007

Politica

Joaquin Ramón Alonso Freire

Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas

República de Cuba

El término “política” ha sido uno de los más ampliamente difundidos y empleados tanto en el lenguaje cotidiano y público, como en el científico y oficial. Proviene del griego “polítika” que significa “asuntos estatales y sociales”. Según el Diccionario Enciclopédico UTEHA el concepto de política se analiza así: Arte de gobernar y dar leyes y reglamentos para mantener la tranquilidad y seguridad pública y conservar el orden y buenas costumbres.
A lo largo de la historia la política, como actividad humana, ha sido concebida como lucha y/o como integración por diversas corrientes de pensamiento ya que se parte de "la idea de que la política es, por un lado una lucha (...) con vistas a la conquista de un poder que es utilizado por los vencedores en provecho propio y en detrimento de los vencidos, y por otro, también un esfuerzo por realizar un orden social que beneficie a todos"
[i].
La visión de la política como integración ha sido planteada por la corriente contractualista, "ya conocida en la Antigüedad" y con "vigencia en la Edad Media", según N. Bobbio
[ii], y que influye en la actualidad como fundamento doctrinal para los denominados procesos de "concertación social" en diversos países.
Por su parte la política como antagonismo ha sido una perspectiva desarrollada por diversas corrientes, tomando cada una elementos explicativos propios. Para el pensamiento conservador la política expresa la lucha de la elite al desplegar su capacidad de dominación sobre las masas; para los liberales la lucha política transcurre análogamente a como se produce la competencia económica, es decir, donde existen vencedores y vencidos; para las concepciones psicoanalíticas en la política quedan expresados aquellos conflictos internos que producen frustraciones y desembocan en tendencias a la agresión y a la dominación. Incluso en determinadas doctrinas teológicas se aborda el instinto de dominación como una de las formas de la concupiscencia que empuja al hombre hacia el mal, en este caso consideran la concupiscencia dominandi el fundamento esencial de las luchas políticas.
Para el marxismo el contenido real de la diversidad de formas que adopta la lucha política debe ser explicado a partir de la confrontación de intereses clasistas que se produce en la sociedad, los cuales emergen como resultante del lugar que ocupa cada clase en el modo de producción dado. Mientras la clase no ha tomado conciencia de sus intereses participa en la política en calidad de objeto (clase en sí). Cuando se produce una toma de conciencia de estos intereses, como resultado de un proceso de maduración, comienza a participar en la política como sujeto (clase para sí), creando su propia organización política. Una vez que la clase arriba a un estadio superior en este proceso de maduración, vinculando la realización de sus intereses a los de la sociedad en su conjunto (clase para la sociedad), se orienta a la toma del poder político para disponer así del principal instrumento de dominación social con el cual someter a sus adversarios. Sin embargo, en la medida en que abarca intereses que rebasan los marcos de la propia clase, su actividad política no será sólo un instrumento de lucha, sino también de integración social pues debe ser capaz de regir los destinos de la sociedad en su conjunto y para ello necesita disponer de espacios para la contención de la diversidad de intereses sociales dentro de un sistema que le permita el mantenimiento de su dominación política.

Notas

[i] M.Duverger: Sociología Política. Ed. Ariel SA. Madrid, 1968, p 34.
[ii] N. Bobbio y M. Bovero: Origen y fundamento del Poder Político. Ed. Grijalbo. México, 1995, p 56.

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